El lugar merece esta puntuación sin dudarlo. Atendido por su propia dueña (Beatriz) y su hija (Ana), con una responsabilidad y una dedicación suficiente para hacerte fácil hasta incluso un imprevisto (como en nuestro caso ocurrió).Se trata de uno entre otros sitios que Beatriz dispone en alquiler.Todo impresiona muy ordenado, despejado e higiénico, observándose que hay un esmero especial por los detalles, desde una gráfica muy sobria y sencilla para mostrarse comercialmente, hasta la presentación de una bandeja organizadora del desayuno.como servicio de hospedaje satisface las expectativas seguramente del promedio de los vaijantes de paso, a un precio razonable para su categoría, con estacionamiento vehicular, acceso por vías ágiles y muy cerca a cualquier otro servicio que un viajero pueda necesitar.Vale destacar que se ubica a pocas cuadras de la laguna Don Tomás, que tiene una vistas hermosas y unos atardeceres como el que muestro en la fotografía.