Maravilloso!!! Tortilla exquisita con un jamón crudo alucinante. Todo riquísimo. Hermoso bodegón de Monserrat. Atención excelente
Típico bodegón porteño. Buena comida, buena atención, buen clima y buenos precios.
Excelente, como siempre. Limitado por el aforo pandémico, Walter ofrece un plato del día, genial sin dudas, y la infaltable y maravillosa Tortilla acompañada de Jamon Crudo (Excelente!) Y los sándwiches clásicos. Precio? No es un punto de importancia. La calidad es tal, que el precio pasa desapercibido.
Bar notable de los más auténticos que quedan la ciudad. La tortilla con jamón crudo es espectacular. Un buen lugar para almorzar en la semana, o relajar con un café o vermut.
Si no sos impresionable y querés vivir de verdad lo que comer en un bodegón te lo recomiendo. El lugar es lamentable pero tiene el espíritu de los viejos bares porteños. Tortilla de papa con jamón crudo es imperdible. El mozo es un titán. A mi me encanta, quedan pocos lugares como este en Buenos Aires.
Bueno hace un tiempo que no voy, por razones obvias últimamente, pero el recuerdo de los sandwiches de crudo o cantimpalo, acompañados por un buen litro de cerveza, es imborrable. Espero poder volver a disfrutarlos, en un auténtico bar porteño.
Maravilloso bar de los que quedan pocos en Buenos Aires. Imperdibles las baguette de jamon crudo y la tortilla de papa
Recondable la tortilla a la española y la fabada asturiana. Para el olvido las milanesas en cualquiera de sus variedades. Precios algo elevados
Hacen lo que pueden es como viajar 70 años atrás agradable
El sandwich de crudo y queso estuvo genial
Excelente la comida y la atención además de muy buena relación de precios y calidad
Bello lugar, tiene todo el ambiente de cafetin viejo, y bien ganado está.la atención es buena, y los precios también, pero lo mejor, como ya se mencionó, es el ambiente: un oasis de porteñidad clásica cerca de muchos lugares turísticos que buscan lo contrario, que te hace sentir que estabas en una Buenos Aires de hace un par de décadas.
La calidad de la comida no se destaca, pero tampoco es mala. Los precios son normales para este nivel de cocina.
Paro hace más de 20 años en La Embajada Estaño, ventanales y madera, esencia del boliche porteño. El Sanguche de cantimpalo y el de jamón crudo no tienen parangón. En invierno, la fabada y el mondongo son un deleite. Walter jerarquiza el lugar. El yoruga que vuelva de canadá...
La comida es de primera. Es un bar clásico, le falta un poco de limpieza.
Mi segunda casa. Ahora la tienen un poco venida a menos.
Es un lugar especial con el encanto de los años 50, comida tipo casera, platos abundantes y muy sabrosos y una Tortilla a la española con jamón crudo imbatibles!!!
Porque se conserva igual que hace 50 años
El puchero de los viernes excepcional!!!!
Riquisimo
Gran ambiente auténtico con los pies en la tierra, sin lujos, ¡y la comida es un poema! Platos honestos y finamente condimentados. Definitivamente un deber!
Muy pushero universitario y prohibición de hielo