Compré un secaplatos que me dijeron no se oxidaba. A los dos días ya tenía óxido. Fui a que me devolvieran el dinero, porque no quería otro igual, y se negaron. El dueño del local, Jorge Tuhcher, hasta me acusó de querer devolverlo porque según él, yo había visto uno más barato. Lo cual no solo es mentira sino un insulto. Tienen 20 años en el barrio, ¿no tienen cintura para devolver un artículo fallado?
Buenos precios y atención.